Vale ya de excusas para no lavar el plumas! Es hora de lavar tu ropa de montaña!

Las prendas de montaña cada vez son más galácticas. Gore-Tex, Cordura, Polartech, Hyvent, Inner Plus, Primaloft… Todo tipo de tejidos de esos que van con un ® detrás, cada uno con sus ventajas y desventajas y sobre todo, con unos cuidados distintos. A muchos montañeros estas dificultades les llevan a liberar a sus prendas de la virtud de la higiene y eso se huele en los refugios durante los viajes de montaña, donde cuentan que, en ocasiones, se han visto chaquetas de plumas salir andando por su propio pie… Cuánto daño ha hecho la teoría de que no hay que lavar la ropa de montaña…

En Malamalama hemos querido recoger el guante (sucio) y tirarnos a la lavadora. Hemos consultado las recomendaciones de distintas marcas y hemos tratado de condensar sus sugerencias en un ataque definitivo a la suciedad endémica de las prendas de montaña. Nos hemos centrado en las prendas más comunes, pero más o menos, con sentido común, se puede aplicar a todo tipo de prendas.

Ya sabes: a lavar se ha dicho!

GORE-TEX®.

Algunos dicen que es el mejor amigo del montañero. Lo cierto es que, si te ha pillado un buen chaparrón en el monte, sabes lo que vale permanecer seco, y para eso, nada mejor que el Gore-Tex®. Lo llevan chaquetas, pantalones, botas y hasta guantes. La mayor parte de las marcas punteras de montaña lo equipan en su alta gama.

Y ¿qué tiene de bueno? Pues que combina (dice el fabricante) cinco características: Impermeabilidad, Durabilidad, Transpirabilidad, Ligereza y Durabilidad. Y ¿cómo lo consigue? Pues con una membrana con “poros más pequeños que una gota de agua, pero más grandes que una molécula de vapor de agua”. El agua no puede pasar, pero la evaporación de sudor (más conocida como “efecto sauna” cuando te pones un chubasquero de plástico) sí que sale. Además, llevan un tratamiento repelente al agua (DWR) con un producto que se aplica en su exterior, que hace que el agua “resbale” por la prenda, sin llegar a empaparla y por tanto, calar. Fácil, ¿no?.

Y ¿cuál es la pega? Bueno, no tiene muchas, pero si alguna. La fundamental es que la suciedad (tanto interior como exterior) bloquea los poros, lo que convierte una prenda supertécnica de 500 euros en un plástico de 5 euros. El fabricante recomienda lavar las prendas cada 15-30 día de usos, dependiendo de la intensidad del uso, así que sí, ya te toca lavarlo. Manos a la obra:

  1. PREPARA LA PRENDA: Fundamental para evitar daños por rozamiento o desgarros, hay que cerrar todas las cremalleras de la prenda excepto las de los bolsillos. También aflojar todos los cordones elásticos que lleve la prenda y soltar y volver a colocar los cierres que lleve de Velcro®.
  2. LAVADO: Lo metemos en la lavadora. Si, has oído bien, en la lavadora. Sólo hay que cumplir con unas condiciones importantes:
  • Programa con agua caliente (40 °C)
  • Un POCO de detergente LÍQUIDO
  • 2 ciclos de aclarado para eliminar el residuo de jabón que afectaría al DWR
  • No usar centrifugado
  • PROHIBIDO: detergente en polvo, suavizante, quitamanchas, lejía…
  • Puedes meter otras prendas, pero que no estén muy sucias
  1. SECADO: La madre del cordero. El DWR se activa con calor por lo que va muy bien el secado en secadora. Según el fabricante, este secado va de 20 a 40 minutos con temperatura media (40 °C). (No aplicable a Gore-Tex Shakedry ®)
  2. PLANCHADO: Si no tienes secadora a tu disposición, puedes utilizar la plancha para reactivar el DWR, con moderación eso si. A baja temperatura, sin vapor y colocando un paño o una toalla entre la prenda y la plancha. (No aplicable a Gore-Tex Shakedry ®)
  3. TRATAMIENTO REPELENTE AL AGUA (DWR): Con el tiempo, el DWR se va perdiendo, sobre todo, en las zonas de fricción (los hombros con las tiras de la mochila, la parte interior de los codos…) y empezamos a calarnos. Vemos que el tejido absorbe mucho agua y vemos que al quitárnoslo, se aprecian zonas empapadas y otras secas. Cuando la reactivación por calor no funciona, llega el momento de volver a aplicar el producto DRW, que podemos encontrar en spray en tiendas especializadas con mayor o menor calidad y mayor o menor precio. Lo ideal es aplicarlo justo después del lavado y antes de la secadora. Al sacar la prenda de la lavadora, la colgamos en una percha y aplicamos el producto siguiendo las instrucciones y recreándonos más en las zonas de más desgaste. Después aplicamos las instrucciones de secado de arriba, pero con la prenda del revés, para que absorba mejor el producto.

PLUMÓN.

Durante años el rey del aislamiento técnico. Hoy en día, ha sido parcialmente desplazado por modernos aislantes sintéticos, pero sus fieles seguidores siguen siendo legión.

Su efectividad depende del aire que hay entre plumones para mantener el aislamiento. Si el tejido se ensucia por fuera, en combinación con el agua o el sudor, puede hacer que el plumón se apelmace, eliminando el aire entre cúmulos y perdiendo su capacidad aislante. El uso de las bolsas compresoras, además, favorece este apelmazamiento.

Es importante aquí comprender como funcionan las prendas aislantes. Mucha gente piensa que las prendas “dan calor” o que son “muy calentitas”. Pues no. La prenda no genera calor a no ser que tenga algún sistema de calefacción eléctrico (que los hay). Las prendas aislantes, como su propio nombre indica, nos aíslan del exterior. No permiten que entre el frío y retienen el calor que genera nuestro propio cuerpo.

Entendido esto, vemos la importancia de mantener nuestras prendas limpias, ¿no? Pues venga, a lavar! El proceso es prácticamente el mismo que en con el Gore-Tex®, exceptuando el secado:

SECADO DE LAS PRENDAS DE PLUMÓN: Es importante que el plumón esté completamente seco antes de guardarlo, para que no se apelmace o, peor aún, coja moho. Por eso, debemos armarnos de paciencia con el secado, que puede durar un par de horas. Las claves de secado son:

  1. Baja temperatura
  2. Sin otras prendas
  3. Meter en la secadora un par de bolas de secado o pelotas de tenis (LIMPIAS!) para evitar apelmazamientos.
  4. Hacer varios ciclos cortos, no uno solo largo
  5. Entre ciclo y ciclo dar la vuelta a la prenda para que vaya cogiendo volumen y seque bien por dentro y fuera

POLARES.

Las prendas polares se han hecho un merecido hueco en nuestros armarios desde los 80. Es suave, cómodo y ligero, no absorbe tanta humedad como los tejidos naturales, seca rápido, y se puede fabricar reciclando botellas. ¿Qué más queremos? Que se lave solo, pero eso aún no lo han inventado. Sin embargo, es probablemente la prenda más amable de lavar de las que vamos a tratar. Solo tiene un par de requisitos: No usar suavizantes ni lejías, utilizar un programa con agua tibia y no plancharlo. También es recomendable secarlo en secadora del revés a temperatura baja. TIP: aprovecha para lavar los polares cuando laves el Gore-tex®

CALZADO

Vamos a terminar por los pies. Cada bota o zapatilla es un mundo, pero vamos a fijarnos exclusivamente en las que llevan Gore-Tex® u otras membranas, que son las que plantean unos cuidados más específicos.

  1. LIMPIEZA: Utilizaremos únicamente un paño o cepillo y agua templada. En caso de calzados de piel, revisa las indicaciones del fabricante.
  2. SECADO: Dejamos secar al aire, a temperatura moderada, evitando fuentes de calor directo (estufas, sol…). En exterior a la sombra, a cubierto, es lo ideal. No es conveniente dejar las botas húmedas por mucho tiempo. TIP: Existen unos secadores maravillosos que funcionan por convección.
  3. TRATAMIENTO REPELENTE AL AGUA: Cada fabricante propone un tratamiento, normalmente similar al DRW que veíamos antes, pero lo más importante: NO USAR CERAS O GRASAS DE CABALLO o similares. Las ceras y las grasas tapan el poro de la membrana y eliminan su funcionalidad.
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