Doug Scott arrastrándose en el ogro

Doug Scott. Así se forja una leyenda.

Doug Scott fue uno de los alpinistas más importantes y exitosos del mundo. Esta leyenda de la escalada  realizó más de cuarenta y cinco expediciones, durante su época en activo, en las que consiguió numerosos logros y protagonizó infinitas aventuras, muchas de ellas reflejadas en los libros que él mismo escribió.

Su espectacular leyenda comienza a labrarse en 1975, cuando se convierte en la primera persona en escalar el Everest por su cara más desafiante, la suroeste. Durante la última jornada de ascensión, que realizó con Dougal Haston, se les echó la noche encima, y tuvieron que excavar una cueva para esperar al amanecer. Así se convirtieron también en los primeros supervivientes a un vivac a esa altitud, a 100 metros de la cima (hacia los 8700 msnm.), aguantando las extremas condiciones climáticas y sin oxígeno.

Este pionero, defensor de la escalada clásica y el estilo alpino ligero, conquistó las llamadas Siete Cumbres (los picos más altos de cada continente y de Norteamérica). Abrió nuevas rutas en numerosos gigantes montañosos como el gran desafío en el Kanchenjunga, en 1979, en el Shivling en 1981 o el Shisha Pangma, en 1982.

El Ogro. La forja del héroe.

Pero sin duda alguna, su experiencia más legendaria tuvo lugar durante la ascensión al Baintha Brakk (7.285m), más conocido como el Ogro, donde se vio cara a cara con la muerte. Después de convertirse en el primer alpinista en coronar su cima, haciendo cordada con Chris Bonington, al comenzar el descenso, sufrió un desafortunado incidente. Se rompió las dos piernas. Poco después su compañero sufriría la fractura de dos costillas.

La lucha por la supervivencia, su extrema y férrea determinación y el gran compañerismo de estos fabulosos escaladores, les permitió alcanzar el campo base, a pesar de las circunstancias, siete días después de iniciar el descenso, cuando ya nadie albergaba esperanzas acerca de su llegada. Si te gusta la literatura de montaña, deberías leer su historia contada por el mismo «El Ogro», editado por Desnivel

El legado de un hombre bueno. Community Action Nepal

Además de sus numerosos e internacionalmente reconocidos logros en el ámbito de la escalada, en 1995 Sott fundó Community Action Nepal, su mayor legado. CANEPAL es una ONG que ayuda a los habitantes de las montañas de este país, y que lleva años realizando una excelente labor. Se enfocan en mejorar la educación, los sistemas sanitarios y en general la calidad de vida de las etnias de las montañas, fomentando y respetando su cultura, basada en la comunidad.

Este gran alpinista y filántropo falleció el 7 de diciembre de 2020, a los 79 años de edad, víctima de un cáncer cerebral, tras inspirar al mundo con sus hazañas en las cimas más elevadas del mundo y con su excelente labor humanitaria.

CAN, la labor de una vida

Cuando Doug Scott decidió fundar La ONG Community Action Nepal, lo hizo con la idea principal de mejorar las condiciones laborales de los residentes de las zonas rurales de Nepal. Sobre todo, de los que estaban implicados en la industria del Trekking del Himalaya. Especialmente los Sherpa, etnia predominante en el Khumbu, pero también los Tamang, Gurung o Rai.

Sin embargo, a lo largo de los años, su radio de acción se ha visto aumentado, aunque sin perder de vista nunca el objetivo inicial.

Después del terremoto que asoló la región en 2015, y que dejó más de 2.300 muertos y miles de heridos, CAN se centró en las labores de reconstrucción y en la ayuda humanitaria más urgente, para que así los supervivientes pudieran volver a sus vidas, de la forma más rápida posible.

Pero el objetivo principal de Doug Scott, cuando fundó la ONG, era ayudar a los porteadores, mejorar su situación laboral. Esta sigue siendo hoy una de las tareas más importantes de CAN,  respetando, eso sí, siempre la filosofía de esta organización y de su fundador. La ayuda ofrecida se centra en dotar de las herramientas necesarias a los habitantes de una de las regiones más pobres y remotas del planeta, para que puedan desarrollar sus propias habilidades, y así llegar a ser independientes.

La consecución de este objetivo se apoya evidentemente en las mejoras necesarias en educación y sanidad, creando escuelas y puntos de salud, pero también estableciendo centros comunitarios donde se pretende enseñar a los ciudadanos a aprovechar los recursos que tienen a su alcance.

Los esfuerzos de los voluntarios de Nepal y la ayuda de visitantes y patrocinadores, han hecho posible que la labor de la ONG  hasta el momento de sus frutos y ya han puesto en marcha catorce centros de salud y ocho colegios, dos de ellos para niños con problemas de audición.

Gracias a estos medios, en la actualidad, Community Action Nepal ofrece acceso a atención médica y educación a más de 250.000 nepalíes de las zonas rurales y continúa luchando por las mejoras en las condiciones laborales de los porters.

Turismo responsable, ¿cómo puedes ayudar en tus viajes?

En la actualidad se está apostado fuerte por el turismo responsable. Son muchas las opciones que se nos presentan, como viajeros, para aportar nuestro granito de arena y permitir así que los países que visitamos nos puedan seguir ofreciendo sus maravillosas experiencias.

Desde Malamalama, hemos puesto en marcha un programa de colaboración con CANEPAL. Nuestros esfuerzos se enfocan en dos aspectos: la colaboración directa y la concienciación.

Colaboramos directamente con la asociación recogiendo aquellas cosas que más necesitan y que más les cuesta conseguir, con el soporte de colegios, empresas y particulares. Ropa de abrigo para los niños de los orfanatos, equipación médica para los dispensarios, ordenadores y tablets para las escuelas… La verdad es que necesitan un montón de cosas.

En el transporte de esas donaciones, entra en juego la concienciación. Cuando haces un trek en Nepal, solo puedes llevar 10 kilos de equipaje. Sin embargo, las aerolíneas que nos llevan hasta Kathmandu nos permiten llevar hasta 23 kilos al menos. Aprovechamos esos 13 kilos extra de cada expedicionario para transportar lo recogido hasta Nepal. Una vez allí, los expedicionarios visitan las instalaciones de CAN, llevando ellos mismos la ayuda hasta las manos de quien las necesita. De este modo, nuestros trekkers pueden conocer de primera mano la realidad de nuestros anfitriones, que con tanto cariño nos tratan en nuestros viajes.

Malamalama y Doug Scott

En primavera de 2018 estábamos totalmente concentrados en los preparativos de la primera expedición de Malamalama al Campo Base del Everest. Desde que la idea de Malamalama pasó por primera vez por mi cabeza, tenía claro que el turismo responsable iba a ser el eje de nuestro trabajo. Por eso lo primero que hice cuando comencé con el proyecto fue buscar quién necesitaba ayuda en Nepal. Tras una rápida búsqueda en internet, Community Action Nepal llegó a mi vida.

Me pareció un proyecto maravilloso, así que les escribí. Muy pronto recibí respuesta. Un tal Doug Scott firmaba el email. Doug Scott? EL Doug Scott? No daba crédito. Mi interlocutor me hablaba amablemente del proyecto. De sus acciones. De cómo podíamos ayudarles. No podía ser el mítico.

Profundizando en mi investigación, descubrí que, efectivamente, era él. El de las hazañas. El de los libros. Pero también un hombre bueno y comprometido.

Después me puso en contacto con Murari Gautam, que dirige las operaciones en Nepal. Con él gestiono nuestra colaboración y es a él a quien visitamos en Nepal. Un tío estupendo que hace un trabajo descomunal.

No llegué a conocer personalmente a Doug, más allá de los pocos emails que intercambiamos. Me hubiera encantado. Aunque eso no va a ser posible, me siento afortunado de poder formar parte de algún modo de su legado. Espero que podamos seguir haciéndolo durante mucho tiempo. O, mejor aún, que un día no haga falta.

Murari Gautam, director de CANEPAL en KTM y Edu Lalanda, CEO de Malamalama
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