Pues claro que no puedes. Solo Neptuno puede. El mar tiene una fuerza tremenda. Mucha más que tú. Cuando le apetece, la lía parda y, como no estés atento, te caza y ni sabes qué ha pasado.

Hace tiempo, cuando trabajaba en una escuela de surf asturiana, teníamos un pasatiempo cuando había mareas vivas. Sobre todo si era domingo soleado y la playa estaba llena de domingueros de esos de cuatro sombrillas, tienda de campaña, parrilla y campingás. Un rato antes de la pleamar nos colocábamos con las sillas mirando a la playa. A ver el espectáculo.

Los incautos playistas poco sabían lo que se les venía encima, pero, llegada una hora determinada, la mar subía. Como un reloj. Como si hubiera estado esperando al acecho, la mar subía casi hasta nuestros pies. Es lo que pasa cuando hay mareas vivas. Y arramplaba con todo lo que pillaba a su paso. Sombrillas. Carpas. Toallas. Flotadores. A veces, incluso a algún adicto al sol en busca de su melanoma. Qué carreras! Qué gritos!

Nosotros nos reíamos mucho. Éramos jóvenes. Pero sobre todo, pensábamos que lo sabíamos todo del mar. Ahora sé que nadie lo sabe todo del mar. Nunca se deja de aprender. Cómo se mueve. Porqué cambia. Qué fuerzas internas le dan esa potencia.

Está claro. No puedes controlar las olas. Pero puedes aprender a surfearlas. Hay que mirar mucho al mar. Practicar mucho. Repetir los movimientos una y otra vez. Pero, sobre todo, tener a alguien bueno que te enseñe.

No. Tu primo que tiene una tabla de corcho y ha surfeado 8 veces en los últimos 13 años no vale. Tampoco tu novi@ surfero@ (a no ser que quieras discutir y acabar sol@ en medio de la corriente, que es lo que pasa en estos casos). Necesitas a alguien que sepa enseñar surf.

Lo ideal es pegarse un intensivo cada año y luego practicar todo lo que puedas el resto del tiempo. Una semanita de clases y mucho surf. Inmersión lo llaman. Nosotros lo llamamos surfcamp. Una semana o quince días al año sumergido en el surf. Respirando surf. Hasta que te salga el surf por las orejas. Seguro que aprendes a leer las mareas. No podrás controlar las olas, pero podrás surfearlas.

Edu Lalanda, CEO de Malamalama Travels

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