Pues nada, que no nos dejan aún ir a Indonesia. A mi el Sudeste Asiático me vuelve loco. Los que me conocéis ya lo sabéis.
La morriña (o como quiera que lo llamen en Indonesia) me podía y me moría de ganas de calzarme un pedazo de curry indonesio. Con sus verduritas. Con su tempeh. No me digas que no se te está haciendo la boca agua solo de pensarlo.
Así que decidí ponerme manos a la obra y hacerme un buen curry. Otra cosa que sabéis los que me conocéis, es que me encanta cocinar. Será por lo que me gusta comer. La cocina es mi yoga.
Me puse a buscar recetas, a cuál más confusa. Con un montón de ingredientes que no sabía donde encontrar. Probé a reinterpretar un par de ellas, pero ni de lejos.
Así que me puse en contacto con nuestra amiga Ari, que además de yoga, hace un curry que flipas. Me pasó su receta. Ahora sí. Esto si que tiene el exótico sabor de las aventuras por el Sudeste Asiático.
Por si te pasa lo mismo, le pedí que me grabara un video y he colgado la receta en el blog. El botón de abajo es una puerta abierta a Asia. Una fuente inagotable de aromas especiados y deleites para el paladar.
Claro, que si lo que te mola del Sudeste Asiático son las olas, prueba a quitarle el “este” y échale un vistazo a Maldivas, que sí que podemos viajar. Y ahora es la temporada de olas. Y también hacen curry.
